Bruxismo: antes y después

El bruxismo es un trastorno que puede tener serios efectos en la salud de quien lo padece. Si no se trata, puede derivar en diversas complicaciones que afecten al desarrollo normal de la vida de la persona. En este artículo abordaremos el antes y después del bruxismo en dos situaciones: cuando no se trata y tras su tratamiento. 

Síntomas del bruxismo

El bruxismo es un trastorno de la articulación temporomandibular que implica el apretamiento o rechinamiento involuntario de los dientes. Este trastorno puede ser puntual, estando asociado a momentos de estrés, o cronificarse. Algunos de sus principales síntomas son: 

• Desgaste dental. El apretamiento o rechinamiento constantes pueden causar daños en el esmalte y la estructura dental.
• Sensibilidad dental. El desgaste del esmalte puede dar lugar a una sensibilidad al calor y al frío, provocando molestias al comer. 
• Dolor de cabeza, cuello y hombros. La tensión muscular generada por el apretamiento de los dientes se puede extender a cara, cabeza, cuello y hombros, provocando cefaleas frecuentes o incluso crónicas.
• Fatiga muscular. La tensión muscular frecuente puede provocar fatiga muscular, que se manifiesta en rigidez o en falta de fuerza para mover correctamente la mandíbula. 

Estos síntomas son el primer paso del bruxismo. Una vez comienzan a manifestarse, se abren dos opciones: buscar tratamiento o no tratarlo. Veremos lo que sucede en ambos casos: el antes y después del bruxismo si no se trata, y si se realiza un tratamiento.

¿Qué sucede si el bruxismo no se trata?

Si no hay un tratamiento adecuado, los síntomas del bruxismo se agravarán, produciéndose daños serios en la salud bucodental de quien lo padece. 

Estos son algunos de los efectos que produce un bruxismo no tratado:

• Desgaste dental severo. Un desgaste dental excesivo puede afectar a su estructura, reduciéndose el tamaño del diente y dañándose el esmalte.
• Fracturas dentales. La estructura dental debilitada hace que el diente no pueda resistir las fuerzas que se producen con el apretamiento y el rechinamiento, por lo que puede terminar fracturándose.  
• Sensibilidad dental. Un esmalte dental excesivamente desgastado puede dejar al descubierto la dentina, lo que puede producir dolores intensos al contacto con alimentos y bebidas fríos o calientes.
• Trastorno de la articulación temporomandibular (ATM). El desgaste excesivo de la articulación temporomandibular puede acabar desencadenando este trastorno, que se caracteriza por dolor y bloqueo de la mandíbula o limitación de su movimiento, así como por ruidos articulares. 
• Desplazamiento de piezas dentales. La presión y concentración de fuerzas en algunos puntos de la boca pueden provocar que las piezas dentales sobre las que se ejercen terminen desplazándose.
• Cambios en la mordida. La concentración de fuerzas en determinados puntos puede, a largo plazo, afectar a la manera en la que los dientes encajan entre sí, generando maloclusiones y desviando la mordida.

Así, podemos concluir que resulta fundamental tratar el bruxismo desde sus primeros síntomas para evitar que el trastorno se agrave y cause daños y complicaciones futuras.

Bruxismo: antes y después del tratamiento

Una vez hemos concluido que resulta esencial tratar el bruxismo desde que aparecen los primeros síntomas, y ya que conocemos los efectos de un bruxismo no tratado, hablaremos del antes y después del tratamiento de este. 

¿Cómo se trata el bruxismo?

En lo referente a cuál es el mejor tratamiento para el bruxismo existe un consenso: el tratamiento más efectivo del bruxismo es utilizar una férula de descarga hecha a medida. 

La función principal de una férula de descarga es actuar como una barrera entre la arcada superior y la inferior, evitando su contacto directo y aliviando la presión que se ejerce al apretar los dientes. Al estar hecha a medida, se adapta a la perfección a la boca de cada persona, de forma que la protección que proporciona a los dientes se maximiza y las fuerzas de mordida se redistribuyen equitativamente. 

Efectos de su tratamiento

Cuando el bruxismo se trata con el uso de una férula de descarga a medida, se produce un alivio de sus síntomas. Veamos a continuación en qué se concreta esto:

• Protección dental. La férula de descarga recubre los dientes y proporciona una barrera que evita que entren en contacto entre sí, evitándose el desgaste dental y por tanto la sensibilidad y los riesgos de fractura. 
• Relajación muscular. Al reducir la presión sobre la articulación temporomandibular, protegiéndola, se produce una relajación de esta y un alivio de los síntomas (dolor, rigidez, ruidos articulares…).
• Alivio del dolor de cabeza. La relajación muscular de la mandíbula se extiende también a los músculos circundantes, aliviándose así los dolores de cabeza.
• Estabilización de la mordida. La férula de descarga redistribuye de forma correcta las fuerzas de mordida para que se repartan de forma equitativa a lo largo de toda la boca y no se concentren únicamente en puntos determinados.

La opción de Dentopy para el tratamiento del bruxismo

Conscientes de la importancia de una férula dental en el antes y después del bruxismo, en Dentopy quisimos crear una férula dental personalizada y asequible, de forma que cualquier persona pueda tratarlo. 

Con esta idea en mente, Dentopy le ofrece la posibilidad de recibir una férula de descarga en la comodidad de su hogar por 109€. Este precio puede descender hasta los 85€ si opta por abonarse a nuestra suscripción, que le proporcionará una nueva férula cada 6 meses, por una cuota de 65€ cada 6 meses. La principal ventaja que ofrece esta suscripción es que, al tener un reemplazo cada 6 meses, se asegura de que su férula de descarga nunca se dañe lo suficiente como para perder eficacia. Siempre dispondrá de una férula en condiciones óptimas. 

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El bruxismo tiene un antes y después significativo si se trata correctamente. El tratamiento más eficaz para este trastorno es el uso de una férula de descarga personalizada. Confíe en Dentopy para proporcionarle su férula personalizada, y compruebe por sí mismo el antes y el después de su bruxismo.